Leyendas Bolivianas: El Forastero y la Joven Diabla


Érase una vez hace muchos años un joven que cuidaba su trigal todas las noches por órdenes de su padre. El padre del joven siempre le encargaba que no se durmiera. Pero a pesar de los encargos de su padre, el joven se quedaba dormido y cuando amanecía una parte del trigal estaba comido por quien sabe qué animal.


Una noche el padre del joven, preocupado por su sembradío, le dijo a su hijo “Llévate esta cabecera (almohada) y estas dos agujas.” Así para que cuando le diera sueño el joven pusiera una aguja a cada lado de su cabecera. Así lo hizo. Como siempre el joven se quedó dormido, pero cuando él se movió las agujas lo pincharon y despertándose de un salto pudo ver un enorme animal que devoraba el trigal. Era un toro colorado enorme. Tomando su machete corrió hacia aquel animal causándole una herida en una de las patas, pero el animal logró huir.

Al amanecer el joven llegó a su casa y entre su cansancio logró contarle a su padre lo que en la noche había visto. El padre del joven decidió seguir al animal puesto que estaba herido y los restos de sangre que derramó facilitarían su rastreo hasta su guarida. Así que enseguida alistaron tapeque (comida) para su viaje en busca del animal dañino de su trigal.

Se fueron siguiendo los rastros de sangre derramados por el animal, hasta que llegaron a una cuesta. Era un cerro alto. La sangre seguía hacia arriba, y pues ellos subieron. Los rastros de sangre mostraban que el animal se metió a un agujero que había en medio cerro. Sacaron sus lazos y uniéndolos hicieron uno muy largo. El hijo entró al agujero con una punta del lazo amarrado a su cintura. Después de unas horas el joven dio la señal de que falta lazo para seguir. Señalaba jalando el lazo para que su padre supiera que falta.

Trabajaron por varios días y lograron hacer un lazo muy muy pero muy largo que cuando entro el joven nuevamente, logro ver hacia abajo. ¡Quedó sorprendido! Había otro mundo.... y los rastros de sangre llegaban hasta ahí. El joven se propuso a bajar a ese nuevo mundo en busca del
animal. Su padre se quedó arriba en espera de su regreso.

Caminando el joven llego a la casa de una joven muy bella, la cual la invito a comer algunas frutas. Llegado el medio día la joven le dijo que se escondiera dentro de un cántaro de semillas, porque a esa hora llegaba su padre de la joven que por cierto comía humanos. Al llegar el padre de la joven dijo “¡Huelo carne humana...!” La joven rápidamente le sirvió mucha comida con mucha carne logrando saciar el hambre de su padre, pero aun así el padre de la joven se levantó en busca de ese olor.

Pilló al joven escondido dentro del cántaro y le saco de inmediato. Ese hombre, el padre de la muchacha, era EL DIABLO que quería comérselo ya ya yaaaaaa. Su hija del diablo dijo “Es mi novio.” El Diablo, sorprendido y no de acuerdo, encerró a la joven en un cuarto oscuro. Y al joven le dijo, “Si no te vas te voy a comer.” El joven, muy testarudo, no le hizo caso. Por más de 5 oportunidades intento robarse a la joven.

La Diabla cada noche escupía en una fuente hasta que un día logro llenarlo y le dijo a su amado, “Vete que mi padre esta noche te comerá.” Le dio el plato de saliva y le dijo, “Esto te guiara de vuelta a casa. Cada vez que te sientas perdido toma un poco, ponlo en tu mano, y preguntando hacia donde seguir, dale un golpe y ella te enseñara el camino. Pero NO MIRES HACIA ATRAS HASTA QUE CRUCES EL TERCER CERRO. El joven, curioso, pregunto, ¿“Por qué?” “PORQUE SI MIRAS PARA ATRAS TE CONVERTIRAS EN PIEDRA!”

Encargándole una y mil veces, se despidieron. La joven cocino a otro en su lugar de su amado para saciar el hambre de su Padre El Diablo. El joven mientras más seguía y seguía se preguntaba si lo que le había dicho su amada era verdad. Antes de cruzar el ultimo cerro se dio la vuelta para mirar atrás y de inmediato se convirtió en piedra. Y ahí esta convertido en piedra. Jamás llego a su casa. ¡Su familia murió esperando su regreso!


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