Leyendas Bolivianas: El Duende Camba

by Diego
(Londres, Reino Unido)


Esta historia que les vengo a contar acerca de un duende, pasó relativamente no hace mucho, pero sí cierto tiempo atrás por los años 70 en las afueras de la ciudad de Santa cruz de la Sierra, concretamente en una zona de campo en el 1974.


Como todos ustedes sabrán nuestra querida tierra cruceña ha experimentado muchos cambios desde aquellos lejanos años. En esa época tenía muchos campos cercanos en los que tanto había plantaciones, explotaciones ganaderas y explotaciones madereras que nutrían a la creciente ciudad de recursos. En esos tiempos el abuelo de mi esposa tenía un próspero negocio de venta de madera y pasaban harto tiempo en el campo junto con su familia.

Una hermosa mañana del 74 su mujer, la abuela de mi esposa, se fue a lavar ropa a un río cercano como hacía siempre y junto a su hijo más pequeño, que apenas contaba con 6 o 7 meses y era su habitual compañero. Llegaron al mismo lugar de siempre y ella dejó a su hijo en su canasto mientras se disponía a lavar la ropa.

Mientras lavaba y lavaba, entre mirada y mirada que echaba a su retoño, advirtió una figura extraña que se acercaba. Era un ser pintoresco que iba descalzo vistiendo harapos, pero lo más curioso de su vestimenta era su enorme sombrero que le hacia sombra como si de una
seta gigante se tratase.

Cuando la mujer lo vió yendo en dirección hacia el bebe corrió fuera del agua mientras le gritaba que quien era y qué quería. Este ente extraño no se paró ante las voces de la mujer y haciendo como si no la oyese siguió acercándose hacia el recién nacido. Más bien se seguía acercando con su sonrisa burlona y dando pequeños saltos.

Cuando la mujer consiguió salir del agua y llegar a donde su hijo, ya era demasiado tarde, y el duende tenía agarrado en su regazo al niño. Al mirar a ese ser con ojos hundidos y negros como el carbón, con nariz puntiaguda y sonrisa burlona, que no tenía ninguna intención de soltar al niño, al cual más bien se aferraba con una mezcla de mueca burlona y siniestra... en ese momento la mujer recordó los viejos cuentos de su madre sobre duendes en los que se decía que estos seres tienen asco de un niño se ha defecado.

Rápido le dijo al duende: "Que asco! El niño se ha hecho caca." El ser rápidamente dejó al niño en el suelo con una mirada asqueada y desapareció en la inmensidad de los árboles. Espero que les haya gustado esta historia que he compartido. Es una historia que me contó mi suegra hace mucho tiempo y tenía ganas de compartirla.


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